Capada Intelectual

En este año que ya acaba, pienso que uno de mis mejores aciertos ha sido el descubrir y atreverme a explorar este asunto de los BLOGS, me ha parecido súper y sobre todo ha despertado mi vena escritora.

Lo mas bonito de escribir, es que a través de la pluma puedo expresar lo que representan y causan en mi los anéctodas que a diario afronto.

Cierto día, por pocas horas asumí el rol de trabajador del campo, participando en uno evento cruel, salvaje, pero necesario, la “Castrada” o “Capada” de unos toros.

El que no diga que es cruel, que se arriesgue a una cirugía sin anestesia. Quien piense que no es salvaje, que se deje inmovilizar para que otro pendejo se le trepe a hacerle de todo. Y para los que se preguntan porque necesario, pues cuando se tiene ganado con fines de lucro, los toros deben caparse para que no se alboroten en la época de celo de las vacas y ganen algo mas de peso, pues el negocio es sencillo, a mayor peso, mayor ganancia. Así es la vida en el campo.

Al finalizar la ardua jornada, probé el trofeo conseguido, los testículos en un rico guiso acompañado de papa y arroz; veía la cara de tristeza y dolor de los animales, y por un momento me sentí uno más de la manada, al pensar que después de este trabajo el animal no vuelve a ser el mismo.

Bien, ahora la pregunta es, ¿cual ha sido el suceso determinante en mi vida para mermar mis bríos, mis sueños, mis ilusiones, mis ganas de hacer más y mejores cosas, de arriesgarme, de aprender? Me he convertido en uno más de la manada, dejándome llevar por el instinto del colectivo, o peor aún, por lo que determine alguien que no conozco.

Cuando se introdujo la filosa navaja en mi cuerpo, para arrancar de raíz los tejidos y demás arandelas que protegen mi “INSPIRADERO”.

Que me motiva ¿ o mejor que ya no me motiva a hacer las miles de cosas que antes si. De chico soñaba con ir a la luna, con ser bombero para salvar muchas vidas, de tener un carro para recorrer y conocer el país, de conocer disneylandia.

Es acaso nuestra sociedad de consumo la que me impone unas metas que no quiero del todo lograr. Será acaso la enfermedad del siglo, el “ESTRESS” en el que me escudo para no pelear mis sueños y ambiciones.

Es el temor de la situación de país donde el dinero y bienes de uno, se vuelven la codicia de otros, la que me pone a pensar “Para que hago X o Y cosa si después otros vienen y se lo llevan”.

Será que alcanzar la treintañes es así de duro ¿ por eso chuchito solo duro 33 abriles ¿.

Vida berraca, el tiempo se me acaba y no encuentro la respuesta.

Una foto reciente 

Mi felicidad vale $5.000.000

Mi felicidad vale $5.000.000

Para el inicio de este escrito, quiero utilizar una palabra que escuche cierto día de un amigo, la cual recuerdo vagamente haber visto o escuchado en otra parte y nunca le preste mucha atención, pero que en esta ocasión, si me tome la molestia de buscarla en el diccionario, “CATARSIS”.

“Catarsis. (Del gr. κάθαρσις, purga, purificación). Entre los antiguos griegos, purificación ritual de personas o cosas afectadas de alguna impureza.”

De vez en cuando suelo realizar un alto en el camino, para pensar acerca del rumbo que esta siguiendo mi vida, algo así como la dichosa CATARSIS. Evaluando todo lo bueno que he hecho y dejado de hacer, de la misma manera con los aspectos negativos.

Pero porque este acto de contricción, esta vez coincidió precisamente con un mes que tiene 2 lunes festivos de manera seguida, y a pesar de tener un trabajo estable, no tengo un solo peso para poderlos disfrutar en compañía de la gente que amo. Esta escasez de abundancia, o mejor esta abundancia de escasez, me obliga a indagar la causa de esta situación.

Todo en la vida esta dado en términos de pares: El bien y el mal, Verdadero y Falso, 1 y 0, Blanco y Negro, Día y Noche, etc, y lo primero que hice fue ver las cosas buenas y malas que me rodeaban.

Aquí van las buenas. Gracias a dios tengo salud, tengo un techo bajo el cual guarecerme de este invierno provocado (pues el hecho de que la práctica de las cabañuelas ya no tenga aplicación, no es gratuito), no me faltan los 5 golpes diarios (Desayuno, Onces, Almuerzo, Entre día, Comida), no tengo enemigos (bueno eso creo), y lo más importante tengo Familia y Amigos.

Ahora vienen las no tan buenas. También me acorde que conocía a la señora de la tienda, al señor que transporta los niños al colegio, a 2 modestos colegios privados, dos amigas plásticas de apellidos Bancolombia y Caja Social, una cuota mensual en la caja social por un crédito para estudio de $2.000.000 (que a 3 años ya lo he pagado como 2 ½ veces), un proveedor de acceso a Internet, a mi buen amigo que me recargo los cartuchos de la impresora, a la señora de las lociones, a la señora que gentilmente me facilitó el regalo para el cumpleaños de mi novia, a la señora de las almojábanas, a pardo que me presto para regresarme de Neiva, y para rematar, para los señores de las empresas de transporte de mi ciudad: Transpubenza, SotraCauca, Transtambo y Translibertad, quienes acceden a movilizarme diariamente por la módica suma de $900 por subida.

La mayoría de las cosas tiene su explicación científica, por eso es bueno ponerle cuidado en el colegio a las matemáticas, pues en ellas se sustenta la ingeniería, y esta nunca falla.

Haciendo un simple ejercicio, voy a asignarle una cantidad de dinero “X”, a cada uno de los determinantes “Y” de la lista de cosas no tan buenas, para darme cuenta que después de varios años de trabajo continuo, mis problemas existenciales, actuales, reales e inmamables, suman la cantidad de CINCO MILLONES DE PESOS.

Cinco millones de pesos, que para muchos no representan mayor cosa. Eso se lo gana un abogado en una semana o menos, se los gana un funcionario público gracias a nuestra cultura del chanchullo, un ingeniero civil por hacer 100 mts de pavimento, se los gana un sindicalista, un narco, un paraco, un guerrillo, un vecino, un familiar, un conocido, bueno en fin, todos menos yo.

Cinco millones que me tienen quedándole mal a todo el mundo. Aquí hago un paréntesis para explicar de donde salieron los Cinco millones de pesos.

Como un ciudadano del común, tengo familia, obligaciones, y gracias a mi diosito cuento con un trabajo estable, del cual derivo mi única fuente de sustento y que asemejo a una colonia de animalitos. Sagradamente y como una hormiga, día tras día, emprendo la labores que me han sido encomendadas por mi insecto superior. Todos trabajamos al unísono para que la reina madre, pueda poner más huevos y esta colonia se multiplique. La colonia permanece a la ofensiva y defensiva, vive de realizar intercambio de productos con otras de diferente especie, las cuales no siempre cumplen su parte del trato.

Se supone que si estamos construyendo una relación GANO – GANAS, las dos partes deben comprometerse a cumplir los acuerdos de la negociación, pero NO, en más de una vez la famosa frase "Y FUE QUE" hace su aparición y el resultado que todos esperamos se dilata, dilata y dilata. Para los que no me han entendido la idea. Es muy berraco trabajar y no tener plata.

Si el cliente no paga, la empresa no tiene plata.
Si la empresa no tiene plata, no hay sueldo o lo hay por porciones y a destiempo.
Si no hay sueldo, toca echarle mano a los ahorros.
Si no hay ahorros, toca echarle mano a las tarjetas de crédito.
Si no hay tarjetas, toca pedir prestado dinero, con intereses altos y todo.
Si no hay préstamos, toca fiar.
Si no hay ningúna de las anteriores, toca enredar a los adeudos y meter cuentos chinos, paisas y pastusos para justificar el no pago.

Todo lo anterior a costa de que¿ a costa de tu reputación, a costa de tu felicidad.

Finalmente me pregunto ¿En que momento el berraco dinero, cambio mi concepción de la felicidad?

Digo berraco porque entre más me esfuerzo por conseguirlo, este jijuemadre es cada vez más esquivo. ¿Que estoy haciendo mal? ¿ Acaso se cumple la propaganda de davivienda “Estar en el lugar equivocado”? ¿Tal vez sigo sembrando y aún no es tiempo de cosecha? ¿Tal vez pertenezco a una estadística más, que adquirió demasiadas responsabilidades muy temprano? ¿Como hago para que el dinero trabaje para mí y no sea lo contrario?

El tener que pensar día a día en cual va a ser la nueva estrategia para mantenerme a flote otro día más ya no me permiten alegrarme plenamente por:

El triunfo de un amigo.
Poder contemplar cada día el amanecer y el atardecer.
El hacer maldades con mis hijos.
El pasarla bueno con mi novia (no piensen mal).
El anhelado triunfo de la mechita de mi alma.
El que a mi perra ya le este saliendo pelo, después de lo enfermita que estuvo (Más adelante me gustaría escribir algo acerca de como las mascotas se parecen a sus dueños)

Como dije anteriormente, como todo esta dado en pares, espero poder contrarrestar este artículo con otro que algún día diga “Mi felicidad no depende del dinero”.

Espero muy pronto estar como lo foto.